La comunicación es aquel proceso social a través del cual se transmiten ideas, sentimientos, emociones o deseos entre dos o más interlocutores. La calidad de nuestras relaciones y el vínculo personal que establezcamos con las personas que nos rodean va a depender en gran parte del estilo de comunicación que utilicemos en este proceso.
A continuación vamos a ver los principales estilos de comunicación y los efectos que cada uno tiene en nuestro día a día.
Estilo de comunicación pasivo
Las personas con un estilo de comunicación pasivo se caracterizan por intentar agradar a los demás y son incapaces de pensar en la posibilidad de enfrentarse a alguien en cualquier sentido. Suelen mostrar conformidad por todo aquello que se plantea, no se implican en los temas ni muestran desagrado o desacuerdo ante las opiniones o comportamientos del interlocutor. No defienden sus propios derechos y anteponen los deseos y opiniones de las otras personas ante los suyos propios para evitar el malestar de una posible confrontación.
Este estilo de comunicación es típico de personas tímidas, inseguras en las relaciones personales o introvertidas. Entre sus características principales destaca el escaso contacto visual, voz baja y temerosa, movimientos nerviosos con manos y pies, así como respuestas cortas o empleo de monosílabos.
Estilo de comunicación agresivo
Al contrario que la persona que presenta un estilo de comunicación pasivo, la persona con estilo de comunicación agresivo se caracteriza por defender en exceso sus derechos hasta el punto de faltar el respeto a los demás aun cuando es innecesario para defender los suyos propios. Implica desprecio, despreocupación y dominio hacia los demás, así como la tendencia de culpar al otro de las propias reacciones. Tienen la creencia de ser la única persona importante y de no comportarse así podrían ser considerados vulnerables y aprovecharse de ellos. Este tipo de comunicación dificulta el mantenimiento de relaciones sanas y de igualdad, pues aunque pueda parecer positivo para quien lo practica, ya que aparentemente consigue con facilidad lo que se propone, tiene consecuencias negativas, dado que termina por generar fuertes conflictos en la persona a la hora de mantener relaciones interpersonales.
Es característico de este estilo el uso de un tono de voz elevado, mirada fija y penetrante, gestos exagerados o amenazantes y tensión muscular. Esta actitud les genera la pérdida de oportunidades, soledad y frustración.
Estilo de comunicación asertivo
La persona con un estilo de comunicación asertivo se caracteriza por comunicarse de una forma efectiva, utiliza los componentes de la comunicación según la teoría de las habilidades sociales, en el sentido en que es capaz de expresar sus sentimientos, ideas y opiniones, haciéndolo de forma que aun defendiendo sus propios derechos, se respeten de forma escrupulosa los derechos de los demás. Este tipo de comunicación facilita la solución de problemas que pueden surgir durante las relaciones, a la vez que contribuye a sentirse satisfecho con uno mismo y minimiza el riesgo de futuros problemas en intercambios sociales. El estilo de comunicación asertivo consiste en ser capaz de comunicarse en cada ocasión de la mejor manera posible, es el estilo de comunicación más deseable para la mayoría de situaciones.
Las personas asertivas muestran una expresión facial amable y relajada, mantienen una mirada directa, voz clara y firme, fluidez verbal, postura cómoda y gestos adecuados. Como consecuencia, este tipo de personas logran sentirse satisfechos, se gustan a sí mismos y a los demás y consiguen resolver sus problemas satisfactoriamente.
Por último, cabe destacar que las personas en ocasiones oscilan entre los diferentes estilos de comunicación según las circunstancias, por ejemplo pueden tener un estilo de comunicación pasivo en el trabajo y sin embargo presentar un estilo agresivo en el hogar. Este predominio dependerá de lo seguro y confiado que se sienta en cada uno de los escenarios.